viernes, 8 de enero de 2016

MENSAJE DE AÑO NUEVO 2016 DEL TALLER DE DESARROLLO COMUNITARIO

Han pasado ya las fiestas de fin de año y el espíritu navideño que a muchos y muchas embriagó de sentimientos positivos, buenos deseos y hasta de algunas sustancias y bebidas “espirituosas”, han terminado. Han quedado atrás los sueños y fantasías que por algunos días maquillaron nuestra realidad y empieza la famosa y dolorosa cuesta de enero y el año nuevo 2016.

Se ha ido el año 2015, uno de los más nefastos para el pueblo mexicano, pero el 2016 no augura mejores saldos. Seguirán incontenibles la carestía, el deterioro del nivel de vida, el despojo de tierras, recursos y territorios a los pueblos, el desprecio a los movimientos que luchan por demandas económicas, sociales, por verdad y justicia, la imposición de las criminales reformas estructurales, los asesinatos extrajudiciales, la desaparición forzada de personas, la represión a los movimientos populares y la intención de someter y destruir a movimientos estratégicos para la lucha popular como el magisterio democrático, al movimiento indígena independiente y al zapatismo, en fin, el recuento de a ofensiva del Estado capitalista incluidas las empresas del narco, es brutal.

No es necesario ser adivino ni analista político de paga para vislumbrar un nuevo año de incertidumbre, dificultades y penurias para quienes sostenemos el mundo capitalista desde abajo. Poco o nada bueno se avista en el horizonte de arriba, solo guerra, violencia, desolación, pobreza, despojo, explotación, represión y desprecio para los que hacen andar al país y no tienen más riqueza que sus manos.

Ante el embate de la hidra capitalista y la tormenta que ya comenzó, el movimiento popular necesita asentarse fuertemente abajo y a la izquierda, aplicar creativamente los principios del mandar obedeciendo, sacudirse el vanguardismo y la ambición del poder que confrontan al pueblo con el mismo pueblo, que engañan a la gente, que prometen cambiar todo pero piensan y actuan igual que los mandones capitalistas.

Es falso que sólo haya dos caminos para cambiar el sistema: o la lucha electoral o la lucha armada y también es falso que haya mesías, líderes o vanguardias iluminadas que por la vía electoral, puedan conducir al pueblo a su paraíso. La construcción de una nueva sociedad y una vida digna ni pasa por las urnas ni por el asalto al poder, se construye desde ahora con organización y luchando por cambiar el sistema con resistencias al capitalismo y con autonomías.

Urge dejar de seguir aplicando esquemas de lucha anquilosados, desarrollar el pensamiento crítico, combatir el pensamiento binario del bien y el mal, del mundo en blanco y negro y creativamente construir lo nuevo. Es hora de la resistencia, de revisar las tácticas y las estrategias, de voltear la mirada, de tocar piso, de dejar de estrellarnos como kamikaces contra el muro del capitalismo, de concentrar todas las fuerzas en la organización desde abajo y a la izquierda, de luchar por la vida, de dejar de ambicionar y pelear por un poder que no es el nuestro, de reconstruir la organización comunitaria, la articulación de todos los sectores sin vanguardismos ni mesías, de hacerle fisuras al sistema para destruirlo y abandonar la ilusión de que podemos conquistarlo, maquillarlo, humanizarlo. Es hora de mirar el horizonte y avanzar con los principios firmes del mandar obedeciendo y cambiar el terreno de la lucha popular, porque el presente es de lucha y el futuro es nuestro.

Nosotros vemos que en el momento actual el principal cambio necesario se debe dar en quienes luchamos por un mundo nuevo, desmilitarizar nuestras conciencias, desembarazarnos de la ambición de figurar, de acumular poder, del arribismo oportunista, de la sobervia, de quitarnos nuestra mentalidad de jueces y verdugos de todo y de todos, de reeducarnos en la modestia, la humildad, el servir al pueblo, en la tolerancia, en la resistencia constructora de organización y fuerza social para agrietar y derruir el muro del Estado capitalista. Nunca podremos ni cambiar al mundo ni lograr una vida digna, pensando y actuando igual que nuestros enemigos. Y para ello el pensamiento crítico debe ser el medio que nos conduzca a no perder de vista el horizonte luminoso de un nuevo mundo donde quepan muchos mundos, con pan, trabajo, justicia, democracia y libertad.

Persistamos en las acciones de construcción de organización autogestiva y de redes de producción, abasto, comercialización, prestación de servicios, seguridad pública, desarrollemos proyectos alternativos de salud, educación, vivienda, cultura, información. Hagamos reuniones de pensamiento crítico, de análisis, de teoría, de cómo vemos el mundo, la lucha, la historia y lo que viene para nosotros y para los que vienen atrás.

Asumamos modestamente y con un fuerte espíritu de servicio, el trabajo de base, el caminar consultando, el interés colectivo por encima del interés personal, fomentemos el diálogo, la participación activa, el consenso, la tolerancia, la solidaridad, la denuncia y el compromiso social en todos nuestros espacios, con la claridad de que el cambio vendrá de ahí, desde abajo, de nosotros mismos y no de los decretos de dirigencias iluminadas, aunque sean bien intencionadas.

Recuperemos con modestia el principio de "ser pueblo, hacer pueblo y estar con el pueblo" y renunciemos a beneficios particulares o de grupo que impliquen utilizar al movimiento. Lo anterior solo puede llevarse a cabo de manera independiente del Estado, la burguesía, sus partidos y su clase política, incluso los grupos del narco, dejando atrás las alianzas vergonzantes, el colaboracionismo y la subordinación, el luchar para empoderar a otros.

Para nosotros no se trata de crear “tribus”, sino de potenciar el movimiento popular hacia la construcción del Programa de Lucha del Pueblo, el Nuevo Constituyente y la Nueva Constitución, teniendo claro que en ese camino el pueblo irá forjando el poder popular y sus herramientas históricas para lograrlo.

Por eso reiteramos el llamado a la rebeldía, a la resistencia organizada, a analizar críticamente y en colectivo la realidad y construir nuevos caminos para avanzar desde abajo y a la izquierda hacia el cambio verdadero, donde el pueblo mande y el gobierno obedezca, dondelo que desaparezca sea el capitalismo y no las personas.

Refrendamos nuestra modesta solidaridad con los padres y madres de los estudiantes de Ayotzinapa que reclaman verdad y justicia y nuestro compromiso por verdad y justicia para los desaparecidos y asesinados.

No nos cansaremos de gritar que queremos de regreso a los 43 normalitas y a los mas de 600 desaparecidos en el estado entre ellos a nuestro compañero Jorge Gabriel Cerón Silva, también queremos justicia y castigo a los asesinos y actores materiales e intelectuales de estos crímenes de lesa humanidad que tanto lastiman y dañan a nuestro pueblo.

Refrendamos nuestra solidaridad con el magisterio democrático en su lucha contra la reforma educativa, contra la evaluación punitiva y en defensa de su organización y conquistas laborales.

Exigimos castigo a los responsables de los asesinatos y represión en Ostula, libertad a los presos políticos y alto al hostigamiento y represión a las comunidades zapatistas.

Perseveraremos en hacer que se cumplan las recomendaciones de la Codehum y la CNDH de restituirnos y respetar nuestros derechos en la Plaza Cívica de Chilpancingo, continuaremos nuestra lucha hasta que se les dé cumplimiento de manera cabal y se nos haga justicia y se restituya nuestro Módulo de Información, Cultura y Denuncia.

Reactivaremos nuestra demanda de garantías para ejercer nuestros derechos y desarrollar nuestro trabajo en los Módulos de Desarrollo Comunitario que por ahora tenemos en receso por las amenazas y represión de las autoridades y sus socios de las empresas del narco.

Con todo en contra, seguiremos trabajando con nuestros compañeros, colaboradores, amigos y aliados en la construcción de autonomías desde la resistencia y la rebeldía, toreando a la represión y confrontando nuestras ideas con nuestros detractores, con una nueva forma de hacer política, desde abajo y a la izquierda y creando los gérmenes de gobiernos que manden obedeciendo, porque construir una Patria Nueva es posible, necesario y es tarea de hoy, de todos los días.


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